miércoles, 2 de febrero de 2011

"POR CINCO DUROS"

En Chipiona, como en muchos pueblos de España cuando había un difunto, era costumbre que una representación de la iglesia formada por un cura y cinco monaguillos,( dos iban a los lados del cura, y los otros tres, delante, uno con la cruz, y los otros dos con los ciriales) fueran a la casa del difunto, para allí rezarle un responso y acompañarlo a la iglesia donde se le decía la misa, luego, al terminar la misa, la misma la misma representación acompañaba al difunto, hasta la salida del pueblo, donde era despedido, con un padre nuestro, y nosotros volvíamos a la iglesia.



Hecha esta pequeña introducción, quiero contarle una de las anécdotas (porque fueron más de una) que me ocurrió en un entierro, en el itinerario hasta la salida del pueblo…
Un día que iba yo en ese comité portando uno de los ciriales al lado de la cruz, salimos de la iglesia por la calle Jesús
buscando la calle larga,¬(que es esta de la foto, y como se puede ver estaba asfaltada, con adoquines) camino de la salida del pueblo para despedir al difunto.

Cuando de buenas a primeras, se me viene a la vista una moneda que está metida entre las llagas de los adoquines, yo sin pensarlo le dije al de la cruz; ¡quillo párate que he visto un duro! El de la cruz se paró, yo me agaché agarrado al cirial y mi sorpresa, fue mayúscula cuando al ver que la moneda era de cinco duros, y no de un duro.
La que se lió fue menuda pues al pararnos nosotros, se tuvo que parar el cura, y se tuvo que parar el coche del difunto, don Juan al vernos parados empezó a decir; niño ¿Qué pasa?, venga darle para adelante, y yo hasta que no saqué la moneda
de la ranura adoquín, me arremangue la sotana, y me guardé la moneda, no empecé andar.

Cuando seguimos la marcha, yo escuchaba a don Juan decir;
deja que lleguemos a la sacristía el tirón de orejas que te vas a llevar, y esta noche castigado hasta cerrar la iglesia, y yo decía para mi < bueno y a mí que, pero los cinco duros son míos>, o por lo menos eso creía yo, hasta que escuché decir al cura; (que ya sabía que me había encontrado cinco duros) y los cinco duros los hechas en la hucha del domun.
Eso fue lo que a mí me mató, que por poco en vez de un difunto iban a ser dos, yo, que no había tenido cinco duros juntos en aquellos tiempos ni en pintura, ¡jeje! para hacer obra de caridad y echarlo en la hucha estaba yo,¡¡pues no!!

.Así que desde que escuche semejante barbarie, hasta llegar a la iglesia, empecé a buscar la forma de no tener que soltar los cinco duros, y quedarme sin ellos y tantas vueltas le di a la cabeza que encontré la solución.
Cuando llegábamos a la iglesia, mientras que el cura se quitaba los hábitos, nosotros llevamos los ciriales a un lateral del altar, y los poníamos en un soporte que allí había, para seguidamente, quitar el palenque donde se ponía la caja del difunto y meterlo en la capilla de bautismo, momento que aproveché yo para desnudarme y salí corriendo para mi casa,y no tener que echar los cinco duros en la hucha.
Cuando llegue por la tarde para ayudar misa, allí estaba don Juan esperándome. como yo me lo temía, para preguntarme donde me había metido después del entierro tan ligero, le dije que me había puesto malo, y me tuve que ir para casa corriendo, y que los cinco duros se los había dado a mi madre.No era verdad, pero a mi casa el no iba ir a pedirle el dinero a mi madre ¡¡seguro!! Así que, me quedé con los cinco duros, un par de tirones de orejas, y por lo menos un mes cerrando la iglesia por la noche, jeje

5 comentarios:

Pasto dijo...

jajajajaja. Eres único. Parece que te estoy viendo.Tú has sido monaguillo antes que fraile. Incluso ya fuiste monaguillo antes que monaguillo, jajajaja. esos 5 duros estaban pa tí. Ya fue raro que al Morcilla y al Culete se les fuera por alto con la vista tan clara que tenían.Un abrazo, cacho lúgano.

MAMÉ VALDÉS dijo...

Con la iglesia te habías topado, lo que no sabía la iglesia quien eras tu, y más por cinco duros te volvías musulmán...

Un saludo "monaguillo"

Adelaida Ortega Ruiz dijo...

¡Lo que me río con tus historias!

Lo que yo me pregunto muchas veces es... ¿Por qué seguías siendo monaguillo con la de tirones de orejas que te llevabas? ¿Ser monaguillo no era voluntario?

Bueno... ahora que lo pienso, tú te ibas a llevar tirones de orejas donde estuvieras, porque en tos laos la liabas buena. jajajaja

Un abrazo.

SEMA MIRANDA dijo...

jajajaja, yo me encontre un monedero con 700 pesetas y el cura me las quito para echarlo en el "cepillo" de su bolsillo, pero recuperé parte vendiendo en mi colegio un montón de revistas porno que me encontré en el pinar del Puerto en una caja de colacao enterrada, pero esa es otra historia.Un abrazo

ARO dijo...

Divertida historia. Seguro que si se los llega a encontrar el cura, también se hubiera agachado a cogerlos, aunque se hubiera tenido que quedar parado el entierro media hora.