jueves, 28 de enero de 2010

JUEGOS DE ALTO RIESGO



Cuando llegaba el verano Antonio y Gonzalo Heredia hijos de la familia esa que era de Sevilla, y que eran mayores que nosotros reunían a todos los niños del faro juntos con los veraneantes, y hacían muchos concursos y juegos, como campeonato de boxeo, de ajedrez saltos, y otros muchos.


Pero a mi el que mas me gustaba era uno que hacia Gonzalo que consistía en coger un barreño de cinc y llenarlo de agua.
Cuando estaba lleno de agua echaba dentro varias monedas, que solían ser en aquellos tiempos de una pesetas, de diez reales, de perras gordas, e incluso de un duro (cinco pesetas vamos).


Entonces, el juego consistía en meter la cabeza dentro del barreño lleno de agua, y con las manos puestas detrás en la espalda, teníamos que coger las monedas con la boca, y sacaba la cabeza del barreño, cuando cogia una moneda o cuando no podía aguantar mas la respiración.


Cuando me toco el turno a mi y metí la cabeza en el agua, me fui directamente donde estaba el duro, que era el mas difícil de coger puesto que al pesar mas que otras monedas se pegaba al fondo y no se podía despegar, pero en aquel tiempo haber que chiquillo tenia en sus bolsillos una moneda de a duro.

Tanto empeño puse en coger el duro que Gonzalo viendo que yo no sacaba la cabeza del agua, me pego un manotazo creyendo que me iba a ahogar, pero cual no seria la sorpresa del personal cuado vieron que al sacarme la cabeza del agua tenia el duro en la boca, así que me fui para mi casa mas contento que unas pascuas y si llevarme esta vez un SOBA…. A.D.G.

miércoles, 20 de enero de 2010

TALLER DE LECTURA




El año que vino el nuevo cuajudtor a la parroquia trajo muchas innovaciones a la iglesia, por ejemplo cantar la misa con un grupo de música pop que se llamaban “LOS BOLIDOS “¬¬ , el salón parroquial, y otras cosas, también hizo una especie de taller de lectura dentro de la sacristía para que los monaguillos leyéramos.


Las revistas que teníamos eran las que dejaban en la iglesia todas las semanas, como La hoja parroquial, vida y luz, El domun y otras que no recuerdo. Antes de irnos para ayudar misa, nos ponía a leer un rato la revista que el mismo cura escogía de entre todas las que allí teníamos, puestas encima de una mesa.


Frente a mi casa vino a vivir Rita, una italiana casada con un americano la cual, al no haber muchos vecinos en el faro hizo amistad con mi hermana Regli que era mas o menos de su edad, e íbamos muchas veces a su casa a tomar café y cosas de esas, como yo estaba siempre con ella pues también iba.


Estando un día en casa de Rita en el salón, me fije que había allí un revistero con muchas revistas, y me dio por ponerme a mirarlas, cuando vi que había también algunos Play Boy, ya empecé a maquinar una hechuria, así que le coji las vueltas a Rita y le quite dos sin que se diera cuenta.


Cuando por la tarde me fui para la iglesia me lleve los dos Play Boy y los entremetí con las revista que teníamos en la sacristía, no sin antes haberlas visto todos los monaguillos,(claro) cuando llego el
Cura y fue a coger una revista, del tirón se le vino a la vista las dos que eran mas gordas que las demás.


Cuando cogio los dos Play Boy y vio lo que era, nosotros los monaguillos empezamos inocentemente a reírnos, creyendo que a él le iba a hacer gracia la broma (como era joven), pues no, no le gusto por que hubo koski y pata en el culo para todos , y el que pago las consecuencias fui yo por que luego tuve que salir huyendo de los monaguillos que me querrían pegar, y al final castigao al rincón

viernes, 8 de enero de 2010

SAN ANTONIO BENDITO


Había en la iglesia un altar con un San Antonio que tenia en los brazos un niño, (que era donde menos estaba) por que aquí igual que en muchos pueblos, tenían la costumbre de que las solteras del pueblo, ya metidita en edad, se lo llevaran a su casa (al niño claro) y lo tenían tres o cuatro días para ver si le salían novio.


Entonces nosotros los monaguillos, cuando nos dábamos cuenta resulta que el niño no lo tenia San Antonio si no que se lo habían llevado, y siempre lo hacían mas bien tarde, ya que antes estaba la iglesia abierta hasta las diez de la noche, en verano y en invierno, y nos preguntábamos que quien se lo podía llevar aunque nosotros teníamos unas pocas en la lista de las solteras del pueblo.


Pues estando yo en el rincón de la sacristía castigado (cosa que era normal) sentado en una silla donde no se me veía, puesto que tenia un altar delante, escuche como entraba alguien en la iglesia, me asome un poco por el pico del altar y vi que era un muchacha que venia a traer el niño del San Antonio.


Cuando estaba subida en una de las silla para poner el niño en su sitio, yo sin asomarme me dio por decirle, “Aaay…”
Cuando me escucho esa mujer, pego un salto de la silla y salio corriendo para la calle dejando al niño encima del altar que tuve que cogerlo y ponérselo yo al San Antonio.


Al otro día cuando llegue a la iglesia me fui muy contento para Don Ángel a decirle que ya sabía yo quien era la que se había llevado el niño, pensando que me levantaría el castigo al recibir tan buena noticia.
Pero la mala suerte mía fue que la del niño vivía cerca de la iglesia y era una de las que estaban en lo que era antes A.C. y había llegado antes que yo.


Así que le dijo a Don Ángel que anoche entro para rezar un poco antes de llegar a su casa y que yo le había pegado un susto de muerte, con lo cual el cura no es que no me escuchara sino que me castigo otra semana más. Así que dije para mi, que se podían llevar el niño, al San Antonio, y el Altar Mayor, que yo no iba a decir mas nada aunque lo viera