viernes, 8 de enero de 2010

SAN ANTONIO BENDITO


Había en la iglesia un altar con un San Antonio que tenia en los brazos un niño, (que era donde menos estaba) por que aquí igual que en muchos pueblos, tenían la costumbre de que las solteras del pueblo, ya metidita en edad, se lo llevaran a su casa (al niño claro) y lo tenían tres o cuatro días para ver si le salían novio.


Entonces nosotros los monaguillos, cuando nos dábamos cuenta resulta que el niño no lo tenia San Antonio si no que se lo habían llevado, y siempre lo hacían mas bien tarde, ya que antes estaba la iglesia abierta hasta las diez de la noche, en verano y en invierno, y nos preguntábamos que quien se lo podía llevar aunque nosotros teníamos unas pocas en la lista de las solteras del pueblo.


Pues estando yo en el rincón de la sacristía castigado (cosa que era normal) sentado en una silla donde no se me veía, puesto que tenia un altar delante, escuche como entraba alguien en la iglesia, me asome un poco por el pico del altar y vi que era un muchacha que venia a traer el niño del San Antonio.


Cuando estaba subida en una de las silla para poner el niño en su sitio, yo sin asomarme me dio por decirle, “Aaay…”
Cuando me escucho esa mujer, pego un salto de la silla y salio corriendo para la calle dejando al niño encima del altar que tuve que cogerlo y ponérselo yo al San Antonio.


Al otro día cuando llegue a la iglesia me fui muy contento para Don Ángel a decirle que ya sabía yo quien era la que se había llevado el niño, pensando que me levantaría el castigo al recibir tan buena noticia.
Pero la mala suerte mía fue que la del niño vivía cerca de la iglesia y era una de las que estaban en lo que era antes A.C. y había llegado antes que yo.


Así que le dijo a Don Ángel que anoche entro para rezar un poco antes de llegar a su casa y que yo le había pegado un susto de muerte, con lo cual el cura no es que no me escuchara sino que me castigo otra semana más. Así que dije para mi, que se podían llevar el niño, al San Antonio, y el Altar Mayor, que yo no iba a decir mas nada aunque lo viera

3 comentarios:

Adelaida Ortega Ruiz dijo...

Eso por acusica... jajajaja!!

Y es que yo no sé pa qué querías tú ser monaguillo, porque te pasabas todo el tiempo castigado, ahora que eras la monda.

¡Qué buenas las anécdotas, y qué requetemalo que eras Tony!

Un saludo.

MAMÉ VALDÉS dijo...

Tony yo no se como en vez de castigarte tanto no te excomulgaron directamente, seguro que el párroco pensó más de una vez en apostatar el, un saludo.

Maripaz dijo...

Muy divertido jajajja

Me ha gustado tu blog.

Saludos