viernes, 18 de diciembre de 2009

EL RECLINATORIO


Cuando yo estaba de monaguillo, en la parroquia los Domingos como iban muchas gentes a la misa de 11 h se llenaban todos los bancos, entonces nos poníamos dos monaguillos con una bandeja a alquilar unas sillas que estaban
En le rincón donde esta la puerta que sube a la torre, (sillas que luego teníamos que recoger los monaguillos).


También había unos reclinatorios que eran de gentes más pudientes, don Ángel les dijo a los dueños de dichos reclinatorios que después de la misa se los tenían que llevar a sus casas, puesto que ocupaban mucho sitio junto a la sacristía, y aparte, los dejaban por medio de la iglesia y teníamos que recogerlos nosotros, los monaguillos.


La cosa es que empezaron a llevárselos y como los días entre semana había sitio en los bancos, pues no lo traían, y los domingos algunos los traían y otros no hasta que los reclinatorio se fueron perdiendo poco a poco, al costarle mucho trabajo de llevarlo a la Iglesia, menos un par de ellos que no hicieron caso y los dejaban allí y ni los recogían ni se los llevaban a sus casas.


Harto de tener que recoger el reclinatorio todos los días, se me ocurrió darle un escarmiento, y así haber si se lo llevaban a su casa y no lo traían mas.
Entonces en la parte del reclinatorio donde se ponían de rodilla que era como una especie de cojín estrechito, le levante el terciopelo que tenia un poco y por la ranura que le hice con mucha paciencia le metí unas pocas de chinchetas (de las antigua las que tenían las cabezas gordas), todas con las puntas para arriba .


Cuando llego el momento de ponerse de rodilla, pego aquella mujer un grito y un salto, que resonó en toda la iglesia.
Al terminar la misa fue la mujer a la sacristía a darles las quejas a don Ángel, y el le dijo que no sabia quien le podía haber hecho eso, puesto que la iglesia estaba casi todo el día abierta y cualquiera podía haberles puesto las chinchetas en el reclinatorio, pero que el sabia que nosotros, los monaguillos no habíamos sido.
Cuando la mujer se fue nos llamo don Ángel y mirándome a mi me dijo que quien había sido, que lo dijera o nos castigaban a todos, y le dije que había sido yo, esperando que me castigara o me diera un koski, pero no, se pego una hartar de reír que yo me quede con la boca abierta, al ver que ni me castigaba ni me daba el koski. La cosa es que la mujer se llevo el reclinatorio y no lo llevo mas jejejeje…