viernes, 25 de junio de 2010

COMIDA CON UN PERCANSE TAURINO

Hace unos años estando trabajando para una empresa de recolección de zanahorias y flores, al terminar la campaña los jefes nos invitaron a un almuerzo en el campo para todos los trabajadores, incluyendo en la fiestas un par de vaquillas para el que quisiera poner a prueba sus dotes como toreos, vaquillas que no serian maltratada en ningún caso.
Dicho esto, yo estaba trabajando ya con otra empresa, con mi amigo Clemente, al cual nosotros le llamamos “Tin”, y decidimos como era sábado levantarnos un poco más temprano para a eso de las doces irnos par el almuerzo.
Estando yo, en mí casa esperando a que llegara el Tin, comentaba con mi mujer lo del almuerzo, y ella no sabia otra cosa nada más que decirme
–¡no te vallas a tirar a torear que te conozco!
Y yo le decía,
–no te preocupe que no me tiro ¡
­ –Tony que como venga con una corná va hacer chica para la que te voy a dar yo
–Que no pasa nada mujer que no me tiro, así hasta que llego el Tin, y nos fuimos para la comida, eso serian las doce y media más o menos,
Cuando llegamos al campo, acababan de soltar una de las dos vaquillas que había, fuimos por unas cervezas y nos subimos para ver las “nuevas promesas del toreo”.

No terminé la cerveza cuando soltaron la segunda vaquilla, una vaquilla que pensé que estaba muy bien para darle unos pocos de pases antes que la echaran a perder, ni corto ni perezoso le dije al Tin´ –Toma la cerveza mozo espada que le voy a dar un par de pase a esa vaquilla, y coji y me tiré pidiéndole el capote a Antonio, el hermano de Paco Ojeda que era el encargado de la lidia, me dio el capote y me dice,
– ten cuidao que esa es buena!
Me fui para ella y la cité (que la tenia que ver citado aunque, fuera en una cafetería) se me vino para mí y le di un pase y al que hizo dos jeje, se me medio entre el capote y las piernas y no había quien la sacara de allí, cuando se fue, le di el capote al Antonio, y le dije
–esa vaquilla esta torea de ayer, y dice él,
– no te lo dije que era buena.
Así que me fui para arriba y cuando llegué me dice el Tin,
– Tony tienes los deportes lleno de sangre, me miro, y, me veo todos los zapatos rojo, me levanto el chanda, y le digo al Tin.
– Toma mozo espada las llaves del coche y tira para el ambulatorio que tengo un agujero en el muslo y no mire ni para atrás.

Llegamos al ambulatorio y me metí por urgencias donde empezó a atenderme u ATS, pero como yo no paraba de hablar, (seria por los nervios), entró mi amigo y medico de cabecera Antonio Peña, y me dice.
–He entrado porque te he escuchado hablar, y al mirarme me dice, – eso tiene pinta de una corná, un poco más y te da eeeen… los Kinder, y yo le dije.
– ¿en los Kinder? Jeje si los Kinder los tenía de corbata na más que me tire a la plaza. Mira Antonio, ésta corná tiene dos trayectoria, una para aquí para el ambulatorio, y otra para mi casa así que todo esta en tus manos y déjame bien que tengo que ir a torear otra vaquilla, ––¿Otra vaquilla vas ha torear? eso no te lo crees ni tú,
– ¿Qué no? Deja que llegue a mi casa haber quien torea a la Paquilla que me dijo cien veces que no me tirara a torear.
Entre charlas y costuras –pues me dieron seis puntos por dentro y catorce por fuera– y con más que algún otro mareo termino mi estancia en el ambulatorio, y me llevó el Tin para mi casa, con más miedo que yo, con la mala suerte, (puesto que no eran ni las dos) que estaba mi mujer en la puerta, cuando vio al Tin con el coche y a mí con dos muletas, no hubo que decirle nada la que se me vino encima fue menua,
– que si te lo dije, que si yo lo sabia, y yo por mediar la cosa, no se me ocurre otra cosa que decirle en plan de broma.
– Que no se preocupara que ya había solicitado, una paga por la mutua de torero Jejeje por poco si me mata.
Ahí quedó partida toda mi afición por los toros, me fui para mi casa con una cornada, sin comer y mi mujer una semana sin hablarme, “aparte el cachondeito de todo el pago” y, “víspera de la fiesta del pinar”, y ella decía,
– que hacia el camino con migo o si mí, jejeje.
¿Qué creen ustedes que pasó?, ¿lo hice o, no lo hice?


lunes, 21 de junio de 2010

EL DÍA DE LA PRIMITIVA EN AA.VV LA ALCANCIA

LOS FIDEOS
EL POLLO

Y LAS GENTES

Le llamamos el día de la primitiva, al día en que un grupo de socios de la AA VV, de La Alcancía nos reunimos para que con el dinero que vamos dejando en fondo, cuando nos toca poca cosa, organizamos un almuerzo en la misma Sede.
Almuerzo que se encarga de guisarlo Paqui,(la mujer del pingüi) esa que vemos con la espumadera entre cacerolas.
Esta vez el menú ha consistido en unos entrantes, (patatas, aceitunas, chorizos, quesos etc. etc. Después de primero, un plato muy típico de aquí de chipiona, como son los fideos a la marinera, con marisco y pescado de la zona, y luego de segundo nos ha hecho un guiso de “pollo a la preciosa”, pollo que estaba como para chuparse los dedos, que los comensales allí presente dieron buena cuenta de ello.
Y ya para terminar que nada mejor que un postre tan chipionero como es una buena tajada de sandía de la tierra, esas que son rojas con las pipas negras y muy dulce, y ya por la tarde el cafecito con su correspondientes bizcocho, de elaboración casera, todo esto en un ambiente muy familiar y ameno Les pongo unas fotos para que podáis ver el buen ambiente que había





sábado, 5 de junio de 2010

"UN SILLÓN CON GUASA"

No sé por qué, el sillón de un dentista nos produce ese respeto, por no decir ese temor, es un sillón que te lleva pensando en él desde que te dan la cita hasta que te vas para tu casa, y si no ¿que me digan a mí, quien no siente ese cosquilleo cunado va para el dentista, aunque sólo sea para una limpieza bucal?

Yo llevo toda la semana con más miedo que un saco gato, pensando en el maldito sillón, y es que, hoy al salir del trabajo me tocaba dentista, y he estado desde las nueve y media de la mañana, hasta la una de la tarde, sentado boca arriba con la boca abierta como un gorrioncito cuando pide de comer, y los ojos cerrados, más apretado que un escalón.
Pero, lo gracioso del caso es qué cuando sale, tú mismo te vas diciendo, yo no se por qué hay que tenerle miedo al dentista, total si lo único que se siente es el pinchacito y esos no es nada, ¡seré tonto!





Entonces es cuando vamos por ahí echándole valor al asunto, y le dices a los amigos, “yo, enseguida aguanto un dolor de muelas, ni loco, en cuanto me la siento ya estoy en el dentista, pero que no lo pienso dos veces,( lo pienso más jeje) no como algunos que se llevan días y días aguantando el dolor .
Y así hasta la próxima que tenga cita con él. (en mi caso con ella, que espero que sea bastante tarde ) jejeje…