domingo, 15 de noviembre de 2009

UNA DE MONAGUILLO "EL PALENQUE"


Antes cuando se decía la misa del mes de un difunto (no se si algunos se acordaran) delante de altar pegado a un reclinatorio de hierro que allá había se ponía “el palenque”, que era una especie de mesa grande con unos faldones negro a todo alrededor, y arriba un armazón de duelas de madera que estaba hueco por dentro imitando a una caja de muerto, que se tapaba con un paño grande negro también con una cruz bordada en oro en el centro.
Una vez terminada la misa, cogiamos los monaguillos y lo quitábamos, guardándolo en la capilla de bautismo. Una noche cuando termino la misa de difunto se me ocurrió meterme debajo de la falsa caja y tenderme con las manos puesta en el pecho en posición de muerto, para que cuando le quitaran el paño ( que era lo primero que se quitaba) darle un susto al resto de los monaguillo, porque antes siempre habíamos en la Iglesia cinco o seis. Cuando quitaron el paño y me encontraron con la sotana negra que nos poníamos para esa clase de misa, tendido en la mesa, no quedo ni un monaguillo en la Iglesia salieron todos corriendo, y pegando gritos, coñi que me asuste hasta yo.
Salio don Ángel de la sacristía al escucha los gritos y me cogio saliendo del palenque, ya se pueden imaginar lo que me ocurrió, después de un par de koski, una semana todas las noches castigado, hasta cerrar la Iglesia, y los monaguillos por poco si me matan. jejejeje….

2 comentarios:

Adelaida Ortega Ruiz dijo...

jajajajajaja!!

Tenías que ser un elemento bueno.

Desde luego... ¿a quién se le ocurre?

Estoy segura que todavía habrá alguno que no te ha perdonado, y si te ven por ahí te recordarán el susto que les diste siendo pequeños.

¡Qué cosas te han pasado!

Besos.

MAMÉ VALDÉS dijo...

Por lo menos en la foto tenías carita de bueno, sería lo único ¿no? según estamos descubriendo en tus comentarios de niño fuistes un personaje de mucho cuidado, esperamos con ganas nuevas entregas de tus aventuras, un saludo.