Al estar cerca la fecha en la que se celebra el día del Corpus (que ya no es en jueves como antes), he querido hacer esta entrada recordando, aquellos años en que ese día se engalanaban todas las calles por las cual iba a procesionar el Santísimo, a las cuales les adornaban los balcones, los cierros, y al suelo se le extendía una capa de junco que traían de las marismas, como se puede ver en la foto en la que estoy yo, con Bernardito de las manos, juncos con los que los niños al terminar la procesión jugábamos y como es natural nos poníamos perdidos.
Así se estuvo adornando hasta que a finales de los 70, un grupo de amigos, decidieron hacer una alfombra desde la esquina del antiguo correo, hasta la esquina del bar Paquito, alfombra que diseñó y dibujó Julio Ceballos, esa alfombra se hacia con aserrín, que el cual me contó Juan Luís Molero, que al no haber bastantes carpintería en Chipiona para coger el aserrín, tenían que coger un camión e ir a Barbáte a la carpintería donde cortaban las maderas para hacer las cajas del pescado, y en saco traerse el aserrín para la alfombra.


Una vez el aserrín en Chipiona, se le iba ligando los colores que nos hacia falta para colorear el dibujo, en unas carretillas de mano, a los dibujos se les hacia unas plantillas, y unos iban dibujando en el suelo, y otros íbamos rellenando los dibujos con el aserrín, así estábamos toda la noche un montón de gentes, para que quedaran esas calles así de bonita, en el día del Corpus, como se ven en las fotos. Eso era cuando“El Corpus, era El Corpus”













