Dicho esto, yo estaba trabajando ya con otra empresa, con mi amigo Clemente, al cual nosotros le llamamos “Tin”, y decidimos como era sábado levantarnos un poco más temprano para a eso de las doces irnos par el almuerzo.

–¡no te vallas a tirar a torear que te conozco!
Y yo le decía,
–no te preocupe que no me tiro ¡
–Tony que como venga con una corná va hacer chica para la que te voy a dar yo
–Que no pasa nada mujer que no me tiro, así hasta que llego el Tin, y nos fuimos para la comida, eso serian las doce y media más o menos,
Cuando llegamos al campo, acababan de soltar una de las dos vaquillas que había, fuimos por unas cervezas y nos subimos para ver las “nuevas promesas del toreo”.

– ten cuidao que esa es buena!
Me fui para ella y la cité (que la tenia que ver citado aunque, fuera en una cafetería) se me vino para mí y le di un pase y al que hizo dos jeje, se me medio entre el capote y las piernas y no había quien la sacara de allí, cuando se fue, le di el capote al Antonio, y le dije
–esa vaquilla esta torea de ayer, y dice él,
– no te lo dije que era buena.
Así que me fui para arriba y cuando llegué me dice el Tin,
– Tony tienes los deportes lleno de sangre, me miro, y, me veo todos los zapatos rojo, me levanto el chanda, y le digo al Tin.
– Toma mozo espada las llaves del coche y tira para el ambulatorio que tengo un agujero en el muslo y no mire ni para atrás.

Llegamos al ambulatorio y me metí por urgencias donde empezó a atenderme u ATS, pero como yo no paraba de hablar, (seria por los nervios), entró mi amigo y medico de cabecera Antonio Peña, y me dice.
–He entrado porque te he escuchado hablar, y al mirarme me dice, – eso tiene pinta de una corná, un poco más y te da eeeen… los Kinder, y yo le dije.
– ¿en los Kinder? Jeje si los Kinder los tenía de corbata na más que me tire a la plaza. Mira Antonio, ésta corná tiene dos trayectoria, una para aquí para el ambulatorio, y otra para mi casa así que todo esta en tus manos y déjame bien que tengo que ir a torear otra vaquilla, ––¿Otra vaquilla vas ha torear? eso no te lo crees ni tú,
– ¿Qué no? Deja que llegue a mi casa haber quien torea a la Paquilla que me dijo cien veces que no me tirara a torear.
–He entrado porque te he escuchado hablar, y al mirarme me dice, – eso tiene pinta de una corná, un poco más y te da eeeen… los Kinder, y yo le dije.
– ¿en los Kinder? Jeje si los Kinder los tenía de corbata na más que me tire a la plaza. Mira Antonio, ésta corná tiene dos trayectoria, una para aquí para el ambulatorio, y otra para mi casa así que todo esta en tus manos y déjame bien que tengo que ir a torear otra vaquilla, ––¿Otra vaquilla vas ha torear? eso no te lo crees ni tú,
– ¿Qué no? Deja que llegue a mi casa haber quien torea a la Paquilla que me dijo cien veces que no me tirara a torear.

– que si te lo dije, que si yo lo sabia, y yo por mediar la cosa, no se me ocurre otra cosa que decirle en plan de broma.
– Que no se preocupara que ya había solicitado, una paga por la mutua de torero Jejeje por poco si me mata.
Ahí quedó partida toda mi afición por los toros, me fui para mi casa con una cornada, sin comer y mi mujer una semana sin hablarme, “aparte el cachondeito de todo el pago” y, “víspera de la fiesta del pinar”, y ella decía,
– que hacia el camino con migo o si mí, jejeje.
¿Qué creen ustedes que pasó?, ¿lo hice o, no lo hice?