Para ello, como podemos ver en las fotos, hay unos carteles pegados en una serie de pinos, que van informando la correcta dirección de cada cumple, o fiesta para que todos los invitados sin ningún problema puedan llegar cada uno a la suya.
Hasta aquí todo casi normal, pero lo que no es normal, que esos carteles, si no viene algún fenómeno meteorológico como –agua, o viento – resulta que se pueden llevar ahí puesto hasta que con el tiempo, pierden el color y la tinta de los nombres de los niños, ó le van poniendo más carteles encima anunciando otros cumples, otros santos, y así sucesivamente.
Con lo fácil que es ir al otro día y tal como lo pusieron, volverlos a quitar, porque parece que no, pero choca ver todos los días el pino o la señal de tráfico con el dichoso cartelito pegado.