sábado, 10 de octubre de 2009

CHUCHES DE ANTES, "ALGARROBAS Y OTROS PRODUCTOS"


Las chuchearías de los años sesenta, eran muy variadas (no tanto como ahora) pero que a nosotros nos lo parecía. Y más cuando íbamos, los que nos criamos en el Faro y en el Santo, a casa de “Isabelita Valle”, o al “Quiosco de Manolin” y veíamos esos tarros de cristal con la boca muy ancha, que cabía una mano a lo
Justo, con su tapadera marrón puesta, lleno de bolitas de anís, de chicles Baazoka, esos que eran de tres anillos y que cuando lo ponía tierno tenía las quija con agujetas, de masticar esos que están en la foto.
También, teníamos el regaliz, pero que nosotros les decíamos “Parazú”,y unos sobres con unos polvitos, que bien podían tener el sabor a naranja , o a limón,
y nos lo echábamos en las manos y nos lo comíamos a lametones.
·Esas eran las que comprábamos, pero, teníamos otras que eran mas baratas y que las podíamos comer cuando queríamos, eran chuchearías….¿como diría yo?,sí mas o menos ecológica, natural.
En el camino del Faro podíamos comer,las flores de las retamas del cerro, los Niños Llorones, las Murtas, “que eran unas bolitas negra que daban las palmeras” los Armeses, que no me acuerdo del nombre del árbol y también teníamos los Martinetes, esos eran mas difícil de coger puesto que había que saltarse a los chalet, y mas de una vez había que poner pie en polvorosa porque salía el dueño de la casa.
·Luego nos íbamos a lo que ya era el cerro, allí nos comíamos las flores que echaban las retamas, los botones, que son las simientes de las malvas, de eso no podías comer mucho por que se te ponía la boca muy pegajosa. También teníamos los chupos que estaban muy bueno y tenían mucha vitamina (A), pero “A” de arena, puesto que tal como lo sacábamos de la arena lo sacudíamos y para dentro.
En la parte de las canteras y el molino, también teníamos para comer, las exquisitas vinagreras, los porrinos, los chupos de la flor de los higos sangre, y por supuesto. los mismo higos.
·También nos podíamos ir al Arenal (hoy Avenida de Sevilla) para con mucho cuidado, de que no te cogieran los municipales, comernos las tres clase de moras tan buenas que allí se criaban, las moras blancas, las moras negras, y las morizala, que era las mas buena, y codiciadas por los niños. Cerca del Arenal en la calle donde estaba el cine los quinteros había una casa donde cogíamos unos niños llorones que eran azules que también estaban muy bueno y en el camino de Regla ya para terminar nos pasábamos por Santo Rostro para comernos las deliciosas rositas de Pitiminí que allí se criaban.
Yo creo que con esto he acabado esa gama tan extensa de yerbas, flores y simientes, que aunque ustedes no se lo crean, se comían y era con lo que mas nos entreteníamos.





1 comentario:

MAGOPAKO dijo...

Aquí TALITAKUMI AL HABLA!!!!
Creo Agustín que te has olvidado de una raiz retorcida, que se cojía por debajo de las retamas de los cerros que estaban por detrás del antiguo ALAY, que nosotros decíamos que era "orozú de Palo"... pero que en verdad no lo era... eran unas raices con un olor parecido al "orozú" pero que no era el famoso orozú de palo... pero hacía el "habio"... se arrancaba de la tierra y se zamarreaba y se masticaba(¡con tierra incluida!).
Generalmente estas raices se comian en las "chozitas" que los niños haciamos y que eran antros o lugares para realizar ritos iniciaticos masculinos como fumar cartón o un papel de "estraza" relíao... eso si, acompañado de una buena "candelá" donde arrojabamos trozos de uralita que salían disparados por los aires... ( fijate ahora que para quitar un techo de uralita... vienen unos tios con escafandras porque son cancerígenas... y nosotros tirandolas a una candelá!!!! ).
Nota: ¡los mejores cerros eran los del Faro!